La llegada del vehículo autónomo a las carreteras españolas depende, según la información publicada, más de la legislación que de la tecnología disponible en los fabricantes. El contexto que se describe es que la industria ya cuenta con sistemas avanzados, pero su despliegue en circulación ordinaria está condicionado por la existencia de un marco regulatorio.
En ese marco, el subdirector adjunto de Vehículos de la DGT, Juan José Arriola, al ser preguntado por cuándo se podrán ver estos vehículos en España, afirma que “en el transcurso de cuatro o cinco años veremos cosas interesantes”. En otra cobertura sobre el mismo asunto, se precisa que esa previsión se refiere a poder ver en las carreteras nacionales coches con un gran nivel de autonomía, es decir, niveles SAE 4 o 5, en los que el vehículo podría incluso prescindir de la figura del conductor.
La noticia sitúa el debate en los niveles SAE (del 0 al 5) y recuerda que, en España, el nivel máximo permitido por la regulación de circulación sería el SAE 2 (automatización parcial que exige atención del conductor). A la vez, se mencionan datos del barómetro de Anfac sobre la presencia de tecnologías SAE 2 y SAE 3 en la oferta del mercado.
También se citan avances recientes de la DGT relacionados con el marco de ensayos: se menciona la publicación del programa marco de pruebas piloto para vehículos sin conductor y se indica que, con el marco regulatorio vigente desde julio, se han registrado 10 pruebas de vehículos automatizados, de las cuales nueve corresponden a proyectos de nivel SAE 4. Se añade que varios proyectos ya habrían finalizado las pruebas sin incidencias graves, y se nombran ejemplos de iniciativas concretas.
En paralelo, se recoge la idea de que el despliegue del vehículo autónomo requiere completar el “paso transitorio” de las pruebas con un marco regulatorio de circulación que permita su uso. En ese sentido, se citan valoraciones desde Anfac sobre la importancia del programa marco y la necesidad de regulación para avanzar hacia SAE 4.